Toda nuestra vida, mientras estamos
vivos indagamos y hurgamos en la muerte y sus alrededores. Como manejar la
ausencia a través de nuestra presencia, es un viaje que todavía no hemos podido
resolver muy bien.
Las películas de este director griego
realmente son un viaje en el cual nunca se sabe el punto de partida ni el lugar
al que se llega, lo importante es el recorrido. Generalmente parte de historias
o elementos que a pocas personas se les ocurren, quizás por el exceso de
talento o quizás porque rozan lo delirante. El director de “Canino” nos pone en
pantalla ante una experiencia única y realmente apabullante.
La historia ronda alrededor de un
grupo de personas que se encargan de interpretar a aquellas personas que
murieron y que las familias no han podido superar la pérdida. Un grupo de
enfermos mentales que quizás están más cuerdos que muchos de nosotros.
Este director ganador del Premio al Mejor Guión en la Mostra de
Venecia 2011 construye una dramática historia con actuaciones que a priori
parecen estar desarticuladas (usa actores no profesionales) para luego al igual
que una puesta de ballet, sincronizar todos sus movimientos en pro de un espectáculo
de digna belleza y admiración.
Estos personajes incapaces de aceptar sus vidas y carecer de fuerzas
para poder cambiarlas, escarba en lo peor de los seres humanos, entre sus
miserias, sus necesidades nos muestra lo que somos y lo que somos capaces
aunque a priori no podamos verlo, es solo cuestión de tiempo. Tranquilos, la peli
solo dura una hora y media, la vida continúa después.
Datos
Técnicos_
Dirección: Giorgos Lanthimos
Guión: Giorgos Lanthimos, Efthymis Filippou
Reparto: Aris Servetalis, Johnny Vekris,
Aggeliki Papoulia
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