MALDITAS PALOMITAS: SHADOWS AND LIES (SOMBRAS Y MENTIRAS)

Es un film de momentos cinematográficos muy bien logrados. Una película de climas, de un flashbacks con un relato en off del protagonista que tiene un tono que logra empatía con el espectador en los primeros minutos. La historia es austera y podría resumirse en menos minutos de los 112 que propone el director Jay Anania, pero la música y las imágenes excelentemente fotografiadas generan atmósferas que hacen posible sumergirse en ese film un poco extraño, poco visto, que por momentos roza lo experimental.

La historia comienza con un personaje que pierde el avión porque viaja al aeropuerto a buscar su libro y el avión parte. Luego se estrella y ese hecho fatalista impregna la historia con un aire fatídico fortuito que logra sensibilizar al espectador. Este personaje luego de ese hecho que es significativo, sin muchas explicaciones opta por construir una nueva vida, se bautiza William y comienza un nuevo periplo en otra ciudad.

William se dedica a editar videos sobre animales en un apartamento sin muebles. Almuerza en lugares comunes y juega a irritar a las personas que allí se encuentran. También comienza a robarles objetos personales como juego y como forma de vida. William es un delincuente o se transforma en eso. Pero el toque de gracia es cuando el jefe de la mafia local se interesa en el él. Allí comienza otro capítulo cargado de escenas que se expresan en silencios, miradas, música y animales muy bien filmados que complementan las escenas desde una lado más onírico.

William conoce a Ann, porque es fundamental que aparezca la historia de amor o la persona que se transforma en el deseo de William y por lo tanto en lo que no podrá conseguir. Lo que el personaje quiere pero no puede lograr porque Ann es la mujer del capo de la mafia y por lo tanto será algo que se mira y no se toca.

Entre trabajos corruptos, dinero, prostitución y muerte, se va desarrollando la trama que lleva a William a exiliarse cuatro años para luego volver en busca de Ann, a través de Victor, la mano derecha del jefe. Pero no todo será color de rosas, sino más bien de espinas y sangre. William es un personaje contagioso, que es silencioso y meditabundo, a veces parece que estuviera encerrado en una cápsula y no puede respirar pero tampoco parece preocuparle, porque la muerte puede que en el fondo no le sienta tan mal, ya que es algo que conoce muy bien.

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