sábado, 26 de diciembre de 2015

ALLELUIA

Título original: Alleluia / Año: 2014 / País: Belgica, Francia / Género: Drama, Crimen / Dirección: Fabrice Du Welz / Guión: Fabrice Du Welz, Vincent Tavier / Duración: 93 Min


Alleluia: Serial lovers

por Domenico La Porta

23/05/2014 - CANNES 2014: Con su nuevo hachazo cinematográfico, Fabrice Du Welz llena de sangre y de opiniones divididas la Quincena de los Realizadores. No podíamos esperar menos del director de Calvario
Alleluia: Serial lovers

Eran muchas las esperanzas puestas en la carrera de Fabrice Du Welz tras la proyección en la Semana de la Crítica en 2004 de Calvario [+]. Sin embargo, hemos tenido que esperar diez años para poder volver a ver en la Croisette al director belga con una película bajo el brazo. Esta es Alleluia [+], seleccionado en la Quincena de los Realizadores del 67º Festival de Cannes. Entre ambas obras, hubo un experimento que tuvo mala acogida (Vinyan [+]) y al menos un encargo parricida y dolorido como Colt 45, previsto para 2014. Esta pesada carga de frustraciones explica el punto de partida de Alleluia tras la cámara: rodar con rapidez un film visceral que diera cierta continuidad a Calvario (las Árdenas, los regresos de Laurent Lucas y del productor Vincent Tavier…) y concediera una libertad casi punk para hacer una película como mandan los cánones de la confianza. Hacía falta un ambiente de trabajo muy sano para relatar una historia real tan desquiciada como esta, inspirada libremente en el caso de aquella pareja conocida como "los asesinos de la luna de miel".
(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Junto a la figura de Laurent Lucas, protagonista ya de varios films de Fabrice du Welz, destaca la presencia de la actriz española Lola Dueñas, poco después de su último trabajo con Almodóvar en Los amantes pasajeros [+]. Dueñas interpreta a Gloria, una madre soltera empleada en la morgue que se encapricha por un pequeño y carismático estafador (Lucas, Michel en la ficción) acostumbrado a desplumar a las mujeres que seduce por Internet antes de desaparecer con la misma rapidez con la que apareció en sus vidas. A pesar de la traición de su amante, Gloria da de nuevo con Michel, a quien ama ya de forma impulsiva y posesiva. La pareja se embarca entonces en una epopeya sanguinaria que funciona mediante un mecanismo de lo más macabro. Michel se gana la confianza de viudas ricas, se instala en su casa y hace pasar a Gloria por su hermana. Con las primeras peripecias seductoras de Michel, Gloria lo pasa mal por culpa de unos celos histéricos que terminan provocando una explosión que se salda con ríos de sangre.

Además de tener su carácter de género muy definido, Alleluia es también una película explícita que establece una relación con el sexo casi mística pero esencial para explicar el fuego que ruge entre los dos personajes principales y que, separadamente, los consume.

El respeto por la película, la audaz puesta en escena, la fotografía rugosa y hasta en ocasiones las mismas interpretaciones de los actores sitúan la cinta a la honorable altura de los arquetipos del género. Cabría hablar incluso de belleza hasta cuando Gloria canta en falso, en un interludio musical deliciosamente incongruente que recuerda la coreografía que aparece en Calvario, antes de chocar con el pie con un cadáver en primer plano. Pasada la ascensión, la película queda suspendida antes de volver a caer, por desgracia, por causa de un guion cuyo pulso cardíaco pierde el ritmo en varios momentos. Aunque es de destacar la semántica religiosa que enriquece la historia, la construcción en capítulos no solo resulta repetitiva sino que contiene algunas lagunas, que apenas consigue disimular. La temporalidad y la progresión tampoco son claras. Si bien la cinta está muy bien filmada, el final se aventura de manera un tanto salvaje hasta los títulos de crédito. El precio a pagar para que Fabrice Du Welz levante cabeza lo más rápidamente es algo más que el de una entrada de cine que quemaremos con gusto. Su talento como director es como un pura sangre al que ya han fustigado lo suficiente y que no hay nada más que hacer que dejarlo galopar.


Fabrice Du Welz • Director

por Alain Lorfèvre

Entrevista con el director belga sobre Alleluia, la cinta que presentó en la Quincena de los Realizadores del festival de cine de Cannes de 2014.


¿Cuál fue el punto de partida de Alleluia?

Fabrice Du Welz: La película nació de la intención de volver a trabajar con Laurent Lucas, 10 años después de Calvario. A eso se sumaron las ganas de utilizar las Ardenas y los paisajes hostiles que marcaron mi infancia como contexto. Me apetecía trascenderlos con la cámara, con un estilo que bordeara la fantasía visual.

¿Ya tenía en mente por aquel entonces la historia real de los "asesinos de la luna de miel"?

Volví a ver Los asesinos de la luna de miel, de Leonard Kastle (1970), y, la misma semana, vi Profundo carmesí, de Arturo Ripstein (1996), que también se inspira en esa historia. Estaba claro que teníamos que hacer algo a partir de los crímenes de Martha Beck y Raymond Fernández [que en Estados Unidos fueron bautizados como "The Lonely Hearts Killers", NdA].

Ustedes llevaron a cabo una fatigosa labor previa a los decorados. ¿Qué exigencias manejaban?

Desde siempre me aterra lo plano que resultan los decorados en según qué películas, sobre todo en un tipo concreto de cine francés. Por lo que a mí respecta, no soy partidario de usar la noción de contexto social. No tengo nada en contra de los directores que sí lo son pero lo que me molesta es que, especialmente en el cine francés, no se acepte la violencia más que si está justificada o explicada a partir del origen social de los personajes. Los americanos se dan el lujo de resistir a eso. En este caso, por lo demás, la historia real de partida me interesaba menos que la deriva psicótica de Gloria, el personaje femenino de mi película. Quería evocar eso gradualmente a través de imágenes y decorados. Formo parte de la tradición del cine belga y del realismo mágico heredero de Delvaux, principalmente. Hago un cine epidérmico, cercano al cuerpo. Eso también vale para los decorados: la “santa trinidad” formal de Alleluia la componen la luz, los decorados y el vestuario.

¿Qué puede decirnos del trabajo con el sonido?

Me encantó el documental El infierno de Henri-George Clouzot, de Serge Bromberg (2009). Soy fan de Clouzot y me impactó la búsqueda experimental que emprendió en materia de sonido para intentar reflejar la esquizofrenia de un hombre. Yo no tomé el mismo camino, sino que la idea era jugar con el sonido y la música para marcar las rupturas psicóticas. Partimos de lo suave para subir progresivamente antes de volver a una forma de apaciguamiento.

¿Cómo define usted el cine de género?

Siempre he tenido un problema con lo que las "instituciones" o cierto sector de la crítica perciben como cine de género. Hay una mirada un tanto elitista sobre el llamado "cine de género". La esencia del cine es el circo, el espectáculo. Nació en espectáculos de verbena con el titiritero que apelaba al público: "venid a mí que os voy a enseñar algo insólito". El cine de género nació prácticamente a la vez que el cinematógrafo. Desde el cine mudo y los años 20 tenemos películas de monstruos: Frankenstein, El hombre invisible, King Kong... El cine de género también adquirió pronto una dimensión de metáfora social, de reflejo de los males de este mundo. En Francia, desde la Nouvelle Vague, se lo desprecia a favor del naturalismo. Es una pena. No quiero hacer una guerra de guerrillas pero a mí lo que me gusta es el cine poético. Me gustan Cocteau, Delvaux, Lynch y toda forma de alteración de la realidad. Considero que el cine de género es universal. De hecho, ¿qué películas han marcado durante diez años al público? Películas como las de Michael Mann, las primeras de Scorsese, Old Boy de Park Chan-wook… cine de género.

¿Esa apuesta no le aleja forzosamente de una parte de su público?

Admito que me planteo la pregunta por el público desde que realicé Colt 45. Para federar al público se necesita tensión y empatía. No quiero que la gente se quede fuera. Me gustaría que mi madre no me dijera al salir de la sala: "tu peli es especial".




No hay comentarios:

Publicar un comentario